Ya nada le importaba, la vida o la muerte no eran más que otras dos opciones entre tantas. Los suspiros que emitía, no eran más que lagrimas reprimidas, sueños muertos, sueños que un día pensó en realizar y que ahora no eran más que ilusiones descoloridas por el paso de los años. Por lo menos le quedaba su sentido del humor, que le hacía recrearse en esa monotonía, que le evadía de la realidad en la que el tiempo pasa, las palabras desaparecen igual que la nieve se derrite bajo los rayos de sol, y todo lo que queda son los recuerdos de aquello que pudo ser y nunca fue. De aquellas ensoñaciones de la juventud, cuando era impulsivo, cuando creía en la bondad, el honor e incluso, a veces, en el amor, de aquellos tiempos solo quedaban recuerdos, alguna herida sin cerrar y la certeza de que el mundo en el que habitaba, no estaba hecho para él. Solo le quedaba sentarse en su butaca y esperar mientras se recreaba en el recuerdo de aquello que no hizo mientras los remordimientos le devoraban lentamente, pues no hubo ninguna cosa de las que hubiera hecho a lo largo de su vida, de la que se arrepintiera tanto como de aquella que nunca llegó a realizar.
"Las lágrimas más amargas que se derramarán sobre nuestra tumba serán las de las palabras no dichas y las de las obras inacabadas."(Harriet Beecher Stowe)
"Vale más actuar exponiéndose a arrepentirse de ello, que arrepentirse de no haber hecho nada."(Giovanni Boccaccio)
Salu3