jueves, julio 03, 2008

Latidos

Que día más triste aquel en el que descubrió que su corazón seguía latiendo. Nadie le entendía, como podía estar triste, si lo contrario significaba la muerte. No pudo sino explicarles que era mejor estar muerto, que su corazón dejara de latir, a esa monotonía en la que se veía envuelto, pues su corazón ya no cambiaba el ritmo de sus latidos, no iba más despacio mientras dormía, no se aceleraba cuando la veía, ni cuando sentía miedo, estaba seguro de que ni aunque estuviera delante de la misma muerte su corazón respondería, en ese momento estaba seguro que no había peor tortura, que no había mayor sufrimiento, que no sentir nada en ese corazón vivo, pero tan muerto.

"La peor prisión es un corazón cerrado."(Juan Pablo II)

"El hombre tiene corazón, aunque no siga sus dictados."(Ernest Hemingway)

Salu3