Hay mañanas que te despiertas y no tienes ganas de levantarte, no esperas nada del día. Sabes lo que va a pasar, la monotonía te aburre. Acabas levantándote, desganado, solo quieres que la noche llegue pronto y que el día, con un poco de suerte, pase rápido.
Sales de casa y comienzas a caminar, pie izquierdo, pie derecho, pie iz... uno tras otro. Ya estas cansado antes de comenzar a caminar, tu mente esta cansada, tu alma esta cansada.
Llegas a tu destino y comienzas tus tareas, ya estas aburrido antes de empezar y sabes que todavía te quedan unas horas en el mismo sitio, haciendo lo mismo. Acabas tu tarea y vuelves a casa caminando, intentas disfrutar del paseo pero no puedes, estas hastiado, siempre las mismas calles, los mismos edificios... Llegas a casa, te pones ropa cómoda, pones algo de música, por ejemplo ese disco que acabas de descargarte a ver que tal suena, oye, parece bueno. Te tumbas en la cama y poco a poco te quedas dormido. Te despiertas desorientado, pensando en la cena; miras el reloj. ¡Dios mío! Ya se ha pasado la noche. Abres la persiana, el sol luce en todo su esplendor, te sientes bien, has descansado, avisas al mundo de que sigues vivo y abandonas tu casa, por unas horas, con una amplia sonrisa en la boca...
"Es infinitamente más bello dejarse engañar diez veces que perder una vez la fe en la Humanidad." (Heinz Zschokke)
Salu2
No hay comentarios:
Publicar un comentario