miércoles, agosto 25, 2004

Viajes

Echó a volar entre nubes de azucar, se despidió del tiempo tirando su reloj por la borda. Su barco navego por los cielos, igual que su mente entre las estrellas. Él se convirtió en mi y yo me convertí en él y los dos juntos supimos quienes eramos, al vernos reflejados en los ojos de un desconocido que vendía sueños en botes de medio kilo. Botes demasiado caros, tanto, que nadie los podía pagar, que nadie los podía convertir en realidad. La desazón se apoderó de nosotros por no poder hacernos con uno de esos botes y nuestros caminos se separaron, cada uno por su lado se dirigió a algún lugar donde, tal vez, ella estuviera esperando sentada a la sombra de un sauce llorón derramando las lagrimas (de alegría) que el sauce no podía vertir porque el invierno se las había robado. Tras la llegada y sentados a la sombra del árbol, tanto ella como él, verían a la Luna desperezarse al anochecer y contemplarían las estrellas durante una eterna noche, arropados por los brazos de su compañero, mientras soñaban alcanzar algún día sus deseos con las manos. Esto les llevó al fin de su eterno viaje por los esteparios y yermos sueños, y se dedicaron a soñar su vida, despiertos.

"Vivir en la Tierra es caro pero ello incluye un viaje gratis alrededor del sol cada año."(Anónimo)

"Las pasiones son los viajes del corazón."(Paul Morand)

"Ir sin amor por la vida es como ir al combate sin música, como emprender un viaje sin un libro, como ir por el mar sin estrella que nos oriente."(Stendhal)

Salu2

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