domingo, octubre 24, 2004

Narraciones

Era conocido por todos como El Narrador. Nadie sabía quien era, ni de donde procedía solo sabían que mientras no lloviese, lo podían ver en los bancos del parque contando historias a cualquiera que deseara escuchar.
Podía contar historias maravillosas sobre tristes días, en los que la lluvia resbalaba por los cristales arrastrando entre sus gotas las alegrías de la gente, o sobre noches alegres, en las que el rocío acariciaba los pétalos de las flores para convertirlos en pequeños broches de plata que saludaban al amanecer, pero aun con sus historias su vida no era completa. Los días lluviosos se le podía ver detras de una ventana observando a la lluvia caer, mientras la melancolía abatía al más alegre de los corazones del barrio. La lluvia le deprimía porque nunca la había sentido sobre su piel y eso lo convertía en su mayor deseo, aun a sabiendo que aunque una sola gota de lluvia tocase su piel, moriría.
El tiempo pasaba y los soleados días de verano provocaban que su cara brillase con el esplendor de la felicidad, pero según se iba acercando el invierno su corazón se marchitaba lentamente. Así que un día decidió hacer algo que tenía planeado mucho tiempo atras. Decidió sentir la lluvia aunque significara el final de sus días. Y de esta forma el primer día de lluvia del otoño salió a la calle y la lluvia acarició su piel mientras se desacía en las aguas, pero como el amor es más fuerte que la muerte, se convirtió en viento y pudo seguir a su lluvía amada hasta los confines de la tierrra y sentirla mientras era atravesado por las gotas de liquido elemento convirtiendolo así en el ser más feliz del mundo. Pasando así de narrador de historias a historia narrada.

"La alegría no produce buenas historias."(Jean Luc goddard)

"Todo el mundo admite que las historias obscenas que uno mismo escribe, distan de tener un efecto tan peligroso como las escritas por otros."(Georg christoph Lichtenberg)

Salu2

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