martes, junio 08, 2004

Andenes

Sentado en el pequeño habitáculo veía pasar el tiempo cabalgando a lomos del paisaje, observaba a los pajaros posados en las lineas de alta tensión paralelas a la vía. A traves del cristal, el mundo pasaba demasiado deprisa y el sol caía tras las montañas abatido por la noche. Los tuneles en el camino mostraban un adelanto de lo que le esperaba cuando llegase la oscuridad nocturna y la única luz fuese la ofrecida por el candil que estaba colgado sobre la puerta.
Cuando la noche estendió su negrura sobre ellos aprovechó para dormitar mientras esperaba la llegada del amanecer, que se encargaría de avisarle de la cercanía de su destino donde con un poco de suerte podría verla, esperandole, sobre el andén conformando una imagen angelical que solo puede darse en lugares bohemios como el andén de una estación ferroviaria o bajo la sombra de un melocotonero en otoño. O tal vez no estuviese esperandolo y tuviese que golpearse contra el duro muro que la realidad conformaba a modo de taxista maleducado.

"¿Qué es nuestra imaginación comparada con la de un niño que intenta hacer un ferrocarril con espárragos?"(Jules Renard)

Salu2

No hay comentarios: